Optimizar una configuración de sim-racing no sólo es importante, sino que está cada vez más extendido. Hoy en día, el equipo de sim-racing más sencillo incorpora una pantalla curva, una cabina y periféricos de buena calidad para obtener la máxima sensación.
Para los conductores que quieran ir aún más allá en la inmersión, las D-Boxes y otros simuladores dinámicosofrecen un mayor nivel de realismo al añadir efectos de movimiento corporal a tu experiencia. Ni que decir tiene que estos equipos son prohibitivos, ya que cuestan más de 10.000 euros sólo el chasis, sin el equipamiento de simulación de carreras que lo acompaña.
Como sabes, montar un simulador de carreras es un asunto caro. Por supuesto, existen opciones económicas, pero el nivel de realismo va de la mano del precio. Básicamente, cuanto menos gastes en la configuración, menos sentirás que estás en la cabina de un coche de carreras.
Por una configuración decente, de Fanatec o Simagic por ejemplo, tendrás que desembolsar entre 1.500 y 2.000 euros, y eso incluye la base Direct Drive, el volante y los pedales, además de una palanca de cambios o un freno de mano si te gustan las carreras de rallies. Espera pagar entre 600 y 1.000 euros por un cockpit de calidad, aunque en realidad puedes conseguir uno por menos, pero estará más limitado en cuanto a mejoras. Añade a eso la máquina en la que ejecutarás tus títulos de simulación de carreras (un PC de juegos de gama media) y una pantalla, preferiblemente curva, y acabarás con una factura de unos 3.500 o incluso 4.000 euros. Es caro, sí, pero es el precio que hay que pagar por una buena configuración y una buena sensación de carreras.
Sin embargo, hay un elemento que aún no hemos cubierto en nuestra configuración, y es el aumento de la realidad. Para ello, tienes dos opciones: optar por un casco de RV, que puede ser caro si consigues uno de calidad que pueda mantener los niveles de rendimiento, o ir en la dirección de los rastreadores de cabeza y ojos. Y por suerte para ti, vamos a echar un vistazo a los tres mejores rastreadores del mercado actual.
Los mejores rastreadores oculares
#nº 1 Tobii Eye Tracker 5
Empecemos con el Tobii Eye Tracker 5 al principio de la lista. Utiliza una cámara y sensores de infrarrojos para seguir tu cabeza y tus ojos, lo que lo convierte en la solución más versátil de todas.
El Tobii Eye Tracker 5 se presenta en forma de carcasa de unos treinta centímetros de largo, con un diseño minimalista que creo que funciona bien. Se presenta en un único color, bastante oscuro debo decir, por lo que prácticamente se mimetiza con el fondo.
Para instalarlo, necesitarás una pantalla plana o curva (soportes suministrados con el Tobii Eye Tracker 5), una distancia entre 45 y a 90 cm de ti, y ya está. Sin embargo, este dispositivo de seguimiento está limitado a pantallas de hasta 30″, con una relación de aspecto 21:9. Pero puedes utilizar una configuración con varios monitores sin el menor problema.
En términos de rendimiento, es aterradoramente eficaz. Una vez calibrado con el software de la marca, podrás seguir tu cabeza y tus ojos en tiempo real, sin retrasos, vacilaciones ni errores de seguimiento, gracias a la combinación de cámara y sensores de infrarrojos del Tobii Eye Tracker 5.
Este dispositivo se instala debajo de tu pantalla, a diferencia de los que se colocan encima. En cuanto a compatibilidad, el Tobii Eye Tracker 5 funciona con más de 170 títulos de todas las categorías. Además, el software suministrado ofrece compatibilidad nativa con los juegos instalados en tu PC, y el rastreador también es compatible con Windows Hello, lo que es literalmente una cuerda extra para su arco.
Ahora, el precio. El Tobii Eye Tracker 5 se vende por 279 €, lo que lo convierte en la opción más cara, pero también en la más completa en lo que a mí respecta.
#Rastreador ocular del haz n.º 2
El Beam Eye Tracker es la opción más económica del lote, con un precio de venta al público de sólo 30 $. Sin embargo, no es un rastreador ocular propiamente dicho, sino una aplicación que puede utilizar los datos de una webcam para determinar hacia dónde apunta tu cabeza. Suena raro, pero funciona de verdad.
Tienes 3 opciones para utilizar el Rastreador Ocular Beam: conseguir una webcam compatible con el Rastreador Ocular, utilizar la de tu portátil o utilizar tu smartphone. Como he dicho antes, ésta es la solución más barata, porque en realidad es sólo una aplicación que necesitas utilizar. No incluye hardware.
Pasemos al rendimiento. Según mis pruebas, está bien, pero nada más. Dado que se trata de una aplicación que tiene que recuperar datos de otros equipos (webcam o iPhone), experimentarás un ligero desfase entre el cambio de posición de tu cabeza y el hecho de que la cámara se mueva en tu pantalla. Además, el seguimiento a veces puede ser impreciso por diversas razones. La más notable es la fuente de luz: si la habitación en la que estás no es lo bastante luminosa o, por el contrario, es demasiado luminosa, el Beam Eye Tracker tendrá problemas para seguir los movimientos de tu cabeza, lo que puede provocar retraso, vacilación en el seguimiento (movimiento no fluido) y, a veces, incluso interrupciones en el seguimiento. Por ello, el Beam Eye Tracker debe utilizarse en las mejores condiciones posibles durante las carreras. Pero sigue siendo una opción viable para quienes tienen un presupuesto muy limitado y pocos recursos.
#3 TrackIR
Pasemos ahora a la tercera opción, el TrackIR. Es un rastreador del movimiento de la cabeza, igual que los otros dos, pero más parecido al Tobii que al Beam Eye Tracker, ya que el TrackIR utiliza sensores de infrarrojos para detectar el movimiento de tu cabeza en su «campo de visión», por así decirlo.
Al igual que el Tobii, el TrackIR es un dispositivo completo, esta vez colocado encima de tu pantalla. El sensor puede detectar 6 movimientos distintos de tu cabeza, además de poder trabajar con monitores grandes, a diferencia del Tobii. Sin embargo, como ya hemos visto, Tobii admite configuraciones multipantalla. Así que lo que pierdes en diagonal con Tobii, lo recuperas con otras pantallas. Al final es más caro, al menos en algunos casos.
Volvamos al TrackIR. El dispositivo es bastante grande, y nada discreto. La carcasa es de plástico, con una gran superficie en la parte frontal que aloja los distintos sensores IR. A diferencia del diseño del Tobii, notarás rápidamente el TrackIR en tu pantalla. Además, la marca ofrece un accesorio que se puede acoplar a tus auriculares para perfeccionar el seguimiento. Personalmente, no soy partidario de esto, ya que no sólo añade cableado a tu equipo, sino que también añade peso a tu casco.
Cuando se trata de seguir los movimientos de la cabeza, el TrackIR es preciso y sensible, pero como el dispositivo es pequeño, esto repercute en su «campo de visión». Es más que posible perder de vista tu cabeza si la giras demasiado en una dirección.
Terminemos con el precio. El TrackIR cuesta 150 $, y el accesorio para el casco 35 $. Puedes comprarlo todo en un paquete por 170 $.
¿Cuál elegir?
Por lo que a mí respecta, la elección se hace en 2 líneas:
- El precio. Si tienes un presupuesto ajustado, existe la opción económica del Beam Eye Tracker, pero sigue siendo la menos eficaz de todas en cuanto al seguimiento de los movimientos de tu cabeza.
- Rendimiento. Si buscas el mejor dispositivo para seguir los movimientos de tu cabeza, no hay nada mejor que Tobii. Eye Tracker 5. Sigue siendo una opción cara, sí, pero en términos de rendimiento, precisión del seguimiento del movimiento, capacidad de respuesta y también de diseño, la competencia está muy por detrás de la solución de Tobii. En mi opinión, es una elección segura.





0 comentarios